Cuando sucede esta situación, hay tres grandes cursos de acción que las personas normalmente siguen; no reconocer su responsabilidad, eliminar toda emoción cuando se dan cuenta que están afectando su cuenta y por último, trabajar sobre sí mismo.

Los operadores que no reconocen su responsabilidad y buscan la solución fuera de sí,  cambian de sistemas, de indicadores, de mercado y vuelven a hacer la práctica en demo. Lo único que esto hace es retrasar el problema, ya que el ciclo se volverá a repetir.  Es frustrante porque no importa cuantas veces cambie de sistemas siempre va a perder cuando pase a real, aunque tenga una muy buena consistencia en demo.

El segundo curso de acción es cuando el trader entiende que el trabajo a realizar no es exterior. Reconoce que forma parte del problema y que su activación emocional interfiere en los resultados. Intenta entonces operar sin emociones, lo que hace que se vuelva extremadamente mecánico, como un robot. Trabajar de esta forma, no permite tomar decisiones que evalúen la calidad de la operación, es decir, si vale la pena el riesgo para la recompensa que se va a recibir.

Por último, nos encontramos con lo que “se debe hacer”, trabajar sobre uno mismo. No hay que librarnos de toda emoción, siempre van a haber emociones y de hecho, son importante para tomar buenas decisiones. Lo que tenemos que tenemos que hacer, es aprender a controlarlas. En nuestra cultura estamos muy poco conectados con nuestra parte emocional, pero estas siempre están ahí.  

¿Cómo podemos “hackear” a nuestro inconsciente para que no reaccione negativamente?

Una estrategia que puedes utilizar es operar con montos pequeños, arriesgando una menor cantidad de dinero por operación puede ayudar a no sufrir tanto en caso de obtener un resultado negativo, lo que no te pondrá tan nervioso. Puedes operar con instrumentos cuyo valor por tick sea menor, en especial cuando comiences a operar.

Otra manera es pensando en bloques, en vez de tener en cuenta el resultado de una operación aislada ten en cuenta el resultado de 20 operaciones. El resultado, debería ser favorable en este caso, ya que no sabes cuales de las 20 van a ser ganadoras o perdedoras, pero el resultado final si aplicas tus estrategias correctamente será positivo. El sistema da una esperanza de que si pierdes, de todas formas la siguiente te irá mejor.

Por último, queda detectar el momento exacto en el que estás reaccionando. Reconocer el tipo de creencia que es responsable de esta reacción irracional, que se apodera de ti. Esto se parece mucho a la técnica anterior, tienes que entender que en el mercado puede pasar por cualquier cosa, en cualquier momento. “Si opero bajo ciertas probabilidades asociadas a mis técnicas, necesariamente tendré operaciones negativas en algún momento y dentro de una serie no podré saber cual es cual.”

Te librarás entonces de la necesidad o deseo de que el resultado que obtengas en una operación sea distinto del resultado que es. No desearás que sea otro, porque al fin y al cabo sea positivo o negativo, se encuentra dentro de las posibilidades asociadas a tu sistema. Una vez dominado esto te puedes centrar en lo que sí puedes controlar, el proceso de análisis, donde buscas escenarios en los que tengas las probabilidades a tu favor y dejas a un lado la necesidad de tomar solamente operaciones positivas, te dejas de enfocar en el resultado individual, porque al final del día lo que decidirá si eres un buen trader es el resultado total. 

Dominadas estas técnicas, estarás en disposición de estar frente al mercado con una cuenta real libre de las interferencias, del miedo. Ya no operarás desde la emoción y estarás al mando de tus decisiones como un trader exitoso!